El rompecabezas de la triédrica, es un conjunto de módulos de volúmenes y formas planas, en formato de recortables descargables, con unos códigos de colores que permiten componer figuras tridimensionales con los módulos volumétricos para obtener, posteriormente con las formas planas a modo de puzle, las tres vistas principales de la figura creada. Se han establecido diferentes niveles de dificultad que permiten un procedimiento que parte de cero y va aumentando de nivel, por lo que se puede comenzar desde edades tempranas.
Esta propuesta metodológica está motivada por una urgente necesidad en el ámbito educacional de desarrollar las capacidades espaciales partiendo de una alfabetización del lenguaje espacial. El origen de las notas musicales, como se conocen en la actualidad se debe a Don Guido D’Arezzo, teórico musical de la Edad Media. La notación musical antes de sus aportaciones era prácticamente inexistente. Dio nombre a las notas musicales e inventó un sistema de anotación nemotécnica llamado la mano guidoniana. Al igual que se conocen las notas musicales, se pretende que se conozca el alfabeto básico del lenguaje espacial. Con esta técnica se ordenan y codifican en siete posiciones claramente definidas, los planos en el espacio tridimensional, en función de sus propiedades de paralelismo y perpendicularidad respecto a tres planos de proyección de un triedro trirrectángulo, estableciendo una sinergia con el circulo cromático, ya que esas siete posiciones se agrupan, a su vez, en tres primarios, tres secundarios y un terciario. Los siete colores facilitan el aprendizaje de las siete posiciones básicas de los planos en el espacio tridimensional.
Este juego didáctico está diseñado específicamente para instruir en el alfabeto del espacio tridimensional y optimiza el proceso de aprendizaje de la representación tridimensional, asentando las bases claves para el desarrollo de la capacidad espacial